martes, 31 de enero de 2017

El reino de Rhondia

¡Hola a todos/as!
Acá les dejo un fragmento del libro donde se describe el reino de Rhondia, que sirve de escenario a gran parte del libro.



"La tierra del reino de Rhondia era muy rica. En sus montañas del norte, las minas de oro abastecían al mercado interno y externo, acuñando muchísima moneda anualmente. En sus montañas del sur, el hierro y el (poco) metal orco permitían la forja de armas y armaduras de respetable calidad. La zona baja de las montañas estaba cubierta por pequeños árboles que abastecían al mercado interno para la leña, para los requerimientos más importantes o exigentes, la madera era comprada al reino de Valandi (en períodos de paz) o Kazaria. El río Rhondo, del cual tomaba nombre la región y el reino, permitía la navegación de barcos de un calado medio y desembocaba en el océano, además, era de agua dulce, por lo que se utilizaba tanto para el riego como para el uso diario, al igual que las vertientes provenientes de las montañas. Era un valle encerrado entre montañas y agua, por lo que eran tierras aptas para el cultivo y muy fértiles.
Su estratégica posición, le daba una ventaja militar excepcional. Los únicos accesos al territorio eran por medio de un paso entre las montañas en la frontera con los orcos, o por estrecho camino que bordeaban las montañas de los enanos, donde el límite con el reino Valandi era defendido fácilmente por una masa de tierra delimitada por dos ríos, en su centro, un muy protegido fuerte denominado  El lucero del Norte se erigía haciendo casi imposible el paso. Siempre estaba la posibilidad de un ataque por agua, pero la costa oeste quedaba muy lejos, y los únicos puntos de fácil desembarco, estaban protegidos por un fuerte; además, Rhondia tenía una gran tradición naval, y poseía la mayor flota del continente, con la cual solía viajar hacia las islas del oeste, y de donde conseguía objetos que en Ariantes no se conseguían. En la península de Taria se erigía la majestuosa ciudad capital de mismo nombre, que servía también de gigantesca atalaya, por lo que si intentaban desembarcar en algún otro punto de la costa, las tropas podían movilizarse fácilmente y con anticipación. En el otro extremo, tres fuertes se alzaban impidiendo un desembarco cómodo. El único riesgo era una invasión por parte de los enanos, pero siempre habían tenido muy buenas relaciones, tal es así que en algún momento se permitieron los casamientos mixtos, cuestión que suscitó una gran controversia en los otros reinos, debido a la gran cantidad de mestizos dando vueltas."

jueves, 26 de enero de 2017

La leyenda enana del rey Emer



"Thoriq, ya agotado, levantó la cabeza y miró el techo abovedado de la sala. En ella se podía observar la escena del Rey Émeris (primer rey enano, de la era de las leyendas) incrustando su hacha en el cráneo de una salamandra que escupía fuego. Esta criatura era similar a un dragón, pero de menor tamaño y sin alas. En la punta de su cola, una llama emanaba de forma constante. Émeris, con una preciosa armadura que resplandecía de manera sobrenatural, incluso cuando el hollín debería de haberla dejado completamente opaca, realzaba la figura de aquel enano.
Según contaba la leyenda, los enanos habían adorado al dios roca Acui durante milenios, pero un día, el dios del fuego Poutourou, celoso de la fidelidad y devoción de los enanos, intentó destruirlo. Cuenta la historia que corrió durante siete días y siete noches para tomar velocidad. Dio una vuelta al mundo por cada día y con toda su fuerza se arrojó hacia el centro de Acui. Pero el resultado no fue el que había esperado, logró que cayera convirtiéndose en las montañas Enderel, pero Poutourou quedó atrapado en su interior, quedando en cautiverio. Desde allí, comenzó a atormentar a los enanos. Fue entonces que Émeris, uno de los adoradores de Acui, se decidió a acabar con él. No fue el primero en intentarlo, pero los demás habían caído en el intento. Émeris había creado su propia armadura, utilizando el propio fuego de Poutourou para templar el metal. Cuando estuvo preparado partió solo a enfrentarse. La batalla, de acuerdo a la leyenda, duró tres días, en los cuales ambos combatieron sin descanso. Finalmente, Émeris logró terminar con Poutourou, y su sangre y fuego se convirtieron en el magma que corría a través de los ríos interiores de la tierra. Cuando volvió con la cabeza de la criatura, sus hermanos lo proclamaron rey, y su dinastía había gobernado (o así lo habían querido hacer creer los distintos reyes) hasta la muerte de Hindergand."

lunes, 16 de enero de 2017

Premoniciones II



"De repente, Ileth se abstrajo de la  realidad, todo lo vivido en el sueño le envolvió y comenzó a recordar. Se vio a sí mismo de pie en medio de una oscuridad absoluta. Poco a poco empieza a formarse a su alrededor una escena, que como granos de arena que caen, van tomando formas distintas. Las figuras comienzan a tomar forma, puede visualizar una batalla, unas figuras toscas y grandes despedazando a otras más pequeñas y brillantes. Todo se torna rojo, esas figuras comienzan a desprender un líquido similar a la sangre, que lentamente al principio, pero cada vez con más velocidad, comienzan a elevarse, y todo a su alrededor se inunda. Sin poder darse cuenta, el líquido pronto le cubre la cabeza. Ileth intenta nadar, pero pareciera que no hay salida. Todo se vuelve negro. Sumergido en la oscuridad, Ileth era incapaz de despertar, giraba intentando buscar algo que le guiara. A la lejanía, pudo ver un haz de luz, y comenzó a nadar hacia él. Salió así hacia la superficie. Se encontraba en la orilla, la oscuridad era solo combatida por las altas llamas que se elevaban de una ciudad. Comenzó a caminar hacia allí, pero escuchó un ruido a sus espaldas, cuando giró, se encontró con aquella figura sombría que había servido de embajador orco, lo reconoció por su bastón. Se acercaba lentamente, pero por más que Ileth quiso correr, el seguía avanzando y cada vez estaba más cerca. Se detuvo a uno paso y comenzó a extender su mano, intentando agarrarle. Ileth se encontraba inmóvil. Luego despertó."

Premoniciones I



"Kirtan, en cuanto se liberó de sus deberes como oficial, decidió retirarse a su habitación, para asearse e intentar dormir un rato. Se quitó la polvorienta armadura y se metió en una bañadera de agua caliente. Necesitaba relajar los músculos y quitarse la suciedad. Se quedó con el cuerpo flácido y la cabeza tirada hacia atrás, viendo el techo de su habitación, construido en piedra, sobrio como todo lo demás en Hröngar. Había logrado relajarse tanto que pronto comenzó a dormitar y luego cayó en un profundo sueño.
Estaba en una casa de madera, con un enorme hogar en una esquina, con un fuego fuerte prendido. Del calor se desprendía un exquisito aroma a guiso de conejo, con muchas verduras, cocido en una gran olla de hierro fundido. Podía escuchar el lejano ruido de unos niños corriendo, gritando y jugando, al igual que el de algunos animales. Kirtan admiraba esa vida que había podido conseguir. Cerró los ojos y sus demás sentidos se agudizaron.
Pronto pudo sentir que los gritos de alegría de los niños se convertían en unos de dolor y llanto, por lo que abrió los ojos, encontrándose con una mujer de espaldas frente a la olla que colgaba sobre el hogar. La mujer no lo miraba, solo movía los brazos revolviendo el guiso. Los gritos de dolor de los niños se sentían cada vez más fuertes, pero él no podía alejar la vista de aquella mujer. Poco a poco fue acercándose, por más que el no quisiera, había como una fuerza poderosa que lo obligaba. Pudo observar el contenido del guiso, no era conejo, vio flotar un ojo y una oreja humanos, pero a pesar de ello no pudo detenerse y siguió avanzando. Extendió su mano contra su voluntad y tomó el hombro de aquella mujer que no le miraba. A medida que ella comenzaba a darse vuelta, Kirtan comenzó a sentir más y más calor, el fuego tomó las paredes y el techo, pero él no podía apartar su mirada de ella. Cuando por fin se dio vuelta, lo recibió una cara sin rostro. La piel desollada colgaba rasgada por los costados, y luego todo se sumió en la mirada perdida de unos ojos oscuros y vacíos.  La oscuridad lo ocupó todo, ya no podía sentir nada. No veía, no olía, no escuchaba. O eso pensaba. Trató de concentrarse, se dio cuenta de que estaba en un sueño, o una pesadilla, pero no podía despertarse. Tal vez estuviera muerto y no se había dado cuenta ¿Era ésta la otra vida de la que hablaban sus sacerdotes, aquella llena de alegría, comidas y orgías junto con los dioses? Si esto era lo que les esperaba, esos sacerdotes les habían engañado."

viernes, 13 de enero de 2017

Oda a Yargón El Errante



Hola a todos!
Acá les dejo una pequeña oda a quién unificó los reinos humanos: El rey Yargón

De origen humilde y corazón grande
Yargón viajaba por los cuatro reinos
Sobre su gran corcel llamado Fuego
El admiraba paisajes agrestes.

Solitarios, pero vivos,
El viento y los árboles le preguntaban:
“Oh, Yargón ¿Por qué vagas por el mundo?”
Y él solo respondía: “Porque lo quiero”.

Seguía en su camino
Cuál hombre sin destino
Conociendo y encontrando
En batallas sus penas ahogando.

Años caminando
Y pueblos conociendo
Yargón el Errante
Viajaba por los reinos.

Desde hombres hasta elfos
Desde Orcos hasta Enanos
Los cuatro reinos se rendían
Cuando Yargón apuraba el paso.

De los cuatro quedó uno
Dividido pero unificado
Bajo la sombra de su manto
El mundo que Yargón había unificado

“Nunca erraste, ese fue nuestro error”
Dijo el árbol al conquistador
Con metas claras y sueños intactos
Yargón poseyó todo lo que había visto

miércoles, 11 de enero de 2017

El mundo de Ariantes

El continente de Ariantes
Referencias:
Si-Gun - Elfos Blancos
Ar-Gun - Elfos del Bosque
Fe-Gun - Elfos Oscuros

Reino del Poniente - Orcos

Reinos Enanos - Enanos

Reinos Humanos
Rhondia
Yielandia
Kazaria
Valandi

¿Qué es Ariantes?

Ariantes es un proyecto personal. Una aventura para introducirse. Una forma de viajar a un mundo mágico, donde todo es posible, donde humanos conviven con elfos, orcos y enanos. Seres mitológicos, dioses, criaturas que vivien en las profunidades o en zonas inhóspitas hacen sus apariciones, ya sea en un relato o en la realidad de los personajes.

Uno podría preguntar "¿por qué hacer este blog si mi interés es publicar?" La respuesta es sencilla. Hay muchos libros del género épico fantástico, y ésta es mi forma de acercarme a ustedes, para incentivarlos e interiorizarlos con él, para que eventualmente, el que quiera, lo obtenga.

Revolución en el Oeste - un pequeño adelanto

Hola a todos ustedes.
Soy Guillermo Cabanelas y, entre otras cosas, me he dedicado a la escritura. Soy Profesor en Historia, profesión que me acercó aún más a la lectura y escritura, dos hobbies a los que he dedicado gran parte de mi vida. Gracias a ella conocí nuevos tipos de textos y mejorado mi calidad literaria, pues uno de los requisitos para ser docente de historia, es leer y escribir mucho. Toda mi vida tuve la necesidad de expresarme por medios literarios, aunque nunca me había animado a escribir algo con el fin de publicar hasta ahora.
A mediados o fines del año 2016, y tras algunos golpes y alegrías que me ha dado la vida, me decidí a no dejar pasar más tiempo y hacerme de los espacios y tiempos necesarios para poder llevar a cabo un proyecto personal que me embarcó en el hermoso desafío de escribir una novela del género épico-fantástico. Ha sido una aventura que, sin lugar a dudas, lejos está de acabar.

Aprovecho la oportunidad para saludar y agradezcer a todos aquellos que se han acercado a esta página para conocer un poco más de este libro, que en el transcurso del primer semestre de 2017 (espero) salga a la venta. Ya está en etapa de corrección, y esperamos pronto empezar con el arte de tapa.

Les dejo como cierre de esta entrada una pequeña parte del prólogo, las primeras líneas que escribí y reescribí hasta quedar satisfecho:
"Llovía copiosamente en la zona montañosa del sudoeste del continente, muchos de los presentes nunca habían visto caer tanta agua, pues provenían del norte, de la zona desértica. La lluvia caía con una gran fuerza proveniente desde el sur, con un viento frío que calaría en los huesos de cualquier humano o elfo, aunque no lograba traspasar la piel dura y verde de los orcos. Este tipo de tormentas eran comunes en estas regiones, puesto que la costa estaba despejada, y no se asomaban las montañas.
Los ejércitos se encontraban inquietos y se respiraba un aire de muerte, haciendo que la tensión escalara a gran velocidad. Los orcos no estaban acostumbrados a estar frente a sus enemigos de manera ordenada y sin atacar. Toda disputa se resolvía con las armas; todo combate, por más tonto que fuera, a muerte. El lodo que se formaba bajo los pies de los soldados más nerviosos salpicaba hasta las rodillas a quienes tenían a su lado. Solamente Ulog Gro-Bash, conocido como El Dragón del Ocaso, el Dragón del Poniente (o simplemente como El Dragón), se encontraba tranquilo. Era un orco como cualquier otro, pero había ganado su nombre debido a que era el primero de su clase en adorar a un dios extranjero, lo cual le había ganado muchos rivales, y lo había llevado a un auto-exilio."